El depósito de inercia es necesario cuando la caldera no es capaz de asumir las modulaciones que se producen en la red de calor, ya sea porque esta tiene grandes variaciones (bajando por debajo del límite de modulación de la calera), o porque la modulación de la propia caldera es reducida y/o lenta. En el mercado de calderas de biomasa existen varios fabricantes que indican que sus calderas no necesitan de depósito de inercia. Ahora bien, en una instalación podemos encontrar depósito de inercia porque la instalación lo necesita sin necesitarlo la propia caldera.

Un depósito de inercia, se pude utilizar para reducir la potencia instalada en caldera, guardando en el depósito de inercia la energía necesaria para una demanda de potencia punta. De esta manera se ajusta la potencia de caldera instalada y la inversión.

Se puede utilizar para reducir el número de arrancadas y paradas de una caldera, a diferencia de una caldera de gas o una caldera de gasóleo una caldera de biomasa necesita de más tiempo para alcanzar el régimen permanente de funcionamiento (punto donde entrega la máxima potencia con el máximo rendimiento), es decir el proceso de encendido y parada en mayor. Para mejorar la eficiencia y la durabilidad de la caldera interesa reducir el número de arrancadas y paradas.

Cada instalación debe ser proyectada no sólo en base a las necesidades Térmicas ( m3 a calentar, aislamiento, ubicación,…), es necesario tener en cuenta el tipo de instalación, la frecuencia y la duración de uso diario, el o los sistemas de emisión térmica…